Displasia de cadera: causas, síntomas, factores de riesgo y tratamiento

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La articulación de la cadera es una articulación esférica, entre la pelvis y la parte superior de la pierna. La displasia de cadera (también conocida como luxación de cadera) se debe principalmente a la formación inadecuada de los huesos que forman la articulación de la cadera (es decir, la cabeza del fémur y la cavidad acetabular de la pelvis). Esta condición puede provocar inestabilidad y dislocación parcial o completa de la articulación de la cadera.

Es un problema común en los niños, y está presente desde el nacimiento, en la mayoría de los casos. También puede desarrollarse en adolescentes o adultos jóvenes. Ocurre con más frecuencia en niñas que en niños.

¿Qué es la displasia de cadera?

Cualquier discrepancia en la formación del hueso superior del muslo o la cavidad del hueso pélvico da como resultado la formación de una articulación de la cadera inestable que conduce a la condición llamada displasia de cadera.

La articulación de la cadera es la articulación más prominente presente en el cuerpo humano. Está formado por la unión de la cavidad (acetábulo) de la pelvis y la cabeza del hueso del muslo (fémur). Una cantidad significativa de la presión del cuerpo humano se transmite sobre estas superficies óseas.

Causas de la displasia de cadera:

La displasia de cadera puede provocar una dislocación congénita o del desarrollo de la articulación de la cadera. Algunas de las causas comunes de displasia de cadera incluyen:

  • El feto está presente en la posición de nalgas (los pies están ubicados cerca del cuello uterino y no de la cabeza) en el útero.
  • Laxitud en las estructuras (ligamentos) que rodean la cadera Una discrepancia en los tamaños entre el feto y el útero de la madre
  • La displasia congénita de cadera no tratada puede convertirse en displasia de cadera en adolescentes
  • Manejo o transporte inadecuado de los bebés durante la infancia
  • La posición sentada (w-sentada) con las piernas dobladas de los bebés durante un período prolongado
  • Accidentes automovilísticos o caída desde gran altura

Síntomas de displasia de cadera:

La displasia de cadera puede ocurrir en uno o ambos lados de las articulaciones de la cadera. Algunos de los síntomas comunes incluyen:

  • Sentar incorrectamente a los bebés
  • Un clic o un chasquido en la cadera.
  • Dolor en la pierna, que se observa principalmente en adultos.
  • Una discrepancia en la longitud de la pierna, una pierna es más corta que la otra pierna
  • Disminución de los movimientos de la cadera del lado afectado.
  • Cojear la pierna al caminar
  • La piel desigual se pliega cerca del muslo o las nalgas.

Factores de riesgo de displasia de cadera:

Los factores que aumentan el riesgo de aparición de displasia de cadera incluyen:

  • Antecedentes familiares de trastornos de la cadera.
  • El nivel más bajo de líquido amniótico en el útero de la madre.
  • La posición de nalgas del niño (piernas hacia el cuello uterino)
  • Siendo el primer hijo
  • Ser una niña
  • Aumento del peso al nacer del niño.
  • Precocidad
  • Bebés gemelos o múltiples
  • Hábitos de estilo de vida materno como fumar
  • Uso de medicamentos anticonvulsivos por parte de la madre durante el embarazo.
  • Deformidades congénitas del pie como pie zambo

Complicaciones de la displasia de cadera:

La displasia de cadera causa muchas complicaciones ya que la articulación de la cadera es una de las principales articulaciones del cuerpo que soportan peso. Algunas de las complicaciones comunes son:

  • Dificultad para caminar de forma independiente
  • Recurrencia de luxación de cadera
  • La rigidez de la articulación de la cadera.
  • Desarrollo de infecciones alrededor de la articulación de la cadera.
  • Necrosis avascular de la cabeza femoral (muerte del tejido óseo debido a una disminución del riego sanguíneo)

Diagnóstico de displasia de cadera:

El examen físico y los estudios de imágenes son los más importantes para el diagnóstico de displasia de cadera.

Examen físico:

El médico examinará los movimientos de la cadera del recién nacido en el primer chequeo médico. Si el niño tiene ciertos factores de riesgo de displasia de cadera, esta evaluación física se realizará a intervalos regulares hasta que el niño alcance la adolescencia.

El examen físico también incluye la observación de la discrepancia en la longitud de las piernas y el patrón de marcha (marcha) del individuo.

Una historia clínica detallada del paciente consta de la presentación del niño durante el nacimiento, los antecedentes familiares y el momento de aparición de los síntomas (desde el nacimiento o en la adolescencia).

Rayos X:

Una radiografía constituye la primera línea de diagnóstico en cualquier caso de luxación de cadera en niños y adultos. X-ayuda a determinar lo siguiente:

  • El tamaño del acetábulo o alvéolo, superficial o profundo
  • La gravedad de la displasia, dislocación parcial o completa.
  • El tipo de desplazamiento de la cadera, hacia arriba o hacia abajo,

Estudio de ultrasonido:

Las ondas de sonido ultrasónicas se utilizan para evaluar las articulaciones de la cadera de los bebés (o adultos) para tener una visión clara de los huesos y los tejidos (ligamentos) que rodean las articulaciones.

Exploraciones por imágenes de resonancia magnética (IRM):

Se transmiten potentes campos magnéticos y ondas de radio alrededor del cuerpo del paciente para obtener imágenes transversales más detalladas de la articulación de la cadera. Cualquier muerte del tejido (necrosis) y fragmentos de huesos fracturados también son visibles en una resonancia magnética.

Tratamiento para la displasia de cadera:

El tratamiento de la displasia de cadera es variable y depende de la edad del paciente y de la gravedad de la luxación. El tratamiento tiene como objetivo permitir el libre movimiento en la articulación de la cadera. El tratamiento incluye:

Vigorizante:

Si se encuentra displasia de cadera en un niño antes de las seis semanas, el soporte (refuerzo) de la articulación de la cadera del niño con el arnés o aparato ortopédico Pavlik es extremadamente útil. El corsé mantiene la cabeza del fémur colocada en la cavidad del acetábulo por más tiempo. Este proceso ayuda a acomodar la cavidad alrededor de la cabeza del fémur.

En los casos en que la displasia es grave y en niños mayores de seis semanas, el tratamiento se realiza principalmente mediante cirugía.

Manejo quirúrgico:

La cirugía se realiza principalmente para recuperar la estabilidad y el movimiento de las articulaciones de la cadera lo antes posible. Algunos de los procedimientos quirúrgicos se explican aquí:

Reducción:

En este procedimiento, el médico manipula la bola (de la cabeza) del fémur de tal manera que se fija en la cavidad del acetábulo para estabilizar la articulación. Puede ser una reducción abierta o cerrada. La reducción abierta implica una incisión en la ingle para colocar con precisión la articulación de la cadera en la cavidad de la pelvis. Por otro lado, la reducción cerrada no requiere ninguna incisión en la zona afectada y se realiza sin abrir los tejidos internos.

El refuerzo se realiza en el procedimiento de posreducción, para mantener la estabilidad de la articulación.

Osteotomía (cirugía de huesos):

En este procedimiento, los médicos utilizan tornillos o varillas de metal para reposicionar los huesos en la articulación y reducir la inestabilidad de la articulación de la cadera. Se realiza principalmente con reducción abierta. También se le llama osteotomía periacetabular.

Cirugía de reemplazo de cadera:

Esta cirugía consiste en reemplazar las superficies dañadas de las articulaciones afectadas con implantes metálicos. Se realiza en pacientes con deterioro severo de las superficies de la articulación de la cadera. Este procedimiento también se llama artroplastia.

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