Pirexia: causas, síntomas, diagnóstico, tratamiento y prevención

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La pirexia, también conocida como fiebre, es un aumento de la temperatura corporal de un individuo más allá del rango normal. Este aumento de temperatura suele considerarse peligroso, pero es un mecanismo defensivo natural del organismo para luchar contra las infecciones.

La pirexia generalmente se asocia con otros síntomas como letargo, dolor de cabeza, tos y resfriado. Un leve aumento de la temperatura corporal puede aliviarse con medicamentos de venta libre como paracetomol e ibuprofeno. Un aumento repentino y más alto de la temperatura corporal más allá del rango normal debe tratarse médicamente, ya que podría deberse a algunas enfermedades importantes, como una hemorragia cerebral o cáncer.

¿Qué es la pirexia?

La pirexia es una respuesta inmune natural del cuerpo para luchar contra los organismos que causan enfermedades y las enfermedades graves. 98.6ᵒF se considera temperatura normal, pero varía según el área del cuerpo desde la cual se realiza la medición. La temperatura generalmente se mide en las regiones oral o axilar, y rara vez en el área rectal. El área rectal muestra lecturas precisas ya que registra la temperatura del núcleo o áreas internas.

¿Cómo sube la temperatura corporal?

El hipotálamo, una pequeña glándula presente en el cerebro que regula la temperatura corporal. El hipotálamo transmite señales basadas en la liberación de pirógenos, un tipo de sustancia bioquímica liberada en respuesta a alguna lesión o microorganismos. Este aumento de la temperatura corporal reduce la cantidad de microorganismos, ya que no pueden multiplicarse o replicarse en tales condiciones. Provoca el flujo de sangre al centro del cuerpo lejos de las partes periféricas del cuerpo, lo que provoca escalofríos.

Causas de la pirexia:

Las causas de la pirexia pueden ser infecciosas o no infecciosas. Algunas de las razones comunes de la pirexia se enumeran a continuación:

Causas infecciosas:

  • Infecciones del tracto respiratorio inferior como bronquitis (inflamación de los túbulos de aire que llevan sangre dentro y fuera de los pulmones)
  • Una infección pulmonar bacteriana llamada tuberculosis.
  • Infecciones complicadas del tracto urinario
  • Infecciones óseas como osteomielitis
  • Una infección bacteriana del tejido cardíaco llamada endocarditis.
  • Infecciones virales como VIH (síndrome de inmunodeficiencia humana) y citomegalovirus

Causas no infecciosas:

  • Afecciones neurológicas como fiebre cerebral o hemorragias
  • Condiciones malignas como leucemia y carcinoma de células renales
  • Reacciones a las drogas
  • Problemas relacionados con el intestino o la vejiga
  • Reacciones a la transfusión de sangre.

Signos y síntomas asociados con la fiebre:

La fiebre se manifiesta clínicamente como signos y síntomas adicionales como:

  • Escalofríos o escalofríos
  • Dolor de cabeza
  • Dolores corporales generalizados y debilidad.
  • Irritabilidad
  • Deshidración
  • Pérdida de apetito
  • Dolores en las articulaciones
  • Transpiración

Los niños de 6 meses a 5 años pueden tener convulsiones febriles (que se caracterizan por la pérdida del conocimiento, rigidez, sacudidas y desmayos) cuando la temperatura alcanza> 103 ° F.

Factores de riesgo de fiebre:

Las personas con las siguientes afecciones tienen un mayor riesgo de desarrollar fiebre:

  • Bronquitis
  • Sinusitis
  • Artritis Reumatoide
  • Rinitis alérgica (fiebre del heno)

Complicaciones comunes de la fiebre:

La fiebre alta (> 104 ° F) durante un período prolongado puede dar lugar a complicaciones como:

  • Convulsiones
  • Daño cerebral
  • Coma
  • Muerte

Las personas con fiebre alta y aquellas con fiebre desde tiempos prolongados requieren tratamiento médico inmediato para prevenir el desarrollo de complicaciones debido a un sistema inmunológico debilitado.

Diagnóstico de fiebre:

Los médicos obtienen un historial detallado del paciente sobre la duración de la fiebre y los síntomas asociados, como escalofríos, dolor de cabeza y dolores corporales.

Los médicos también examinan físicamente:

  • Temperatura: para verificar el nivel de aumento de temperatura
  • Ojos: para comprobar si hay enrojecimiento o palidez.
  • Pulso: para probar la frecuencia cardíaca
  • Presión arterial: para comprobar si hay cambios en la presión arterial.

Con base en el historial tomado del paciente, los médicos recomiendan un hemograma completo (CBC), un análisis de orina y una radiografía de tórax para determinar la causa exacta de la pirexia.

Tratamiento de la pirexia:

Los siguientes métodos pueden tratar la pirexia:

  • Medicamentos: el uso de medicamentos como ibuprofeno (Advil) y acetaminofén (Tylenol) ayuda a controlar la fiebre y cualquier malestar asociado con ella. Estos medicamentos deben usarse en las dosis exactas recomendadas por el médico, ya que las dosis más altas pueden dañar el hígado o el riñón.
  • Antibióticos: estos medicamentos se recomiendan si el médico sospecha que la fiebre es causada por algunas infecciones bacterianas en la vejiga o el intestino.
  • Medicamentos antivirales: estos medicamentos se usan si los médicos diagnostican que la fiebre es causada por infecciones virales.
  • Descanso: El paciente debe descansar adecuadamente.
  • Líquidos: Se deben tomar suficientes líquidos junto con suplementos regulares para prevenir la deshidratación.

Los pacientes ingresados ​​con fiebre muy alta y debilidad reciben inmediatamente suplementos vitamínicos o medicamentos por vía intravenosa para evitar la pérdida excesiva de sales y minerales del cuerpo.

Primeros auxilios para la pirexia:

La fiebre en sí misma no es una enfermedad, pero es una señal que le alerta sobre alguna infección o condición de salud subyacente. Las siguientes medidas de primeros auxilios son útiles para tratar la fiebre:

  • Beber mucho líquido.
  • Use mantas para controlar los escalofríos.
  • Frote las palmas de las manos y las plantas de los pies (las partes periféricas del cuerpo) para aumentar la temperatura interna del cuerpo.
  • Use medicamentos de venta libre como Paracetomol para reducir la temperatura corporal, pero solo en una dosis limitada y busque el consejo de un médico antes de usarlos durante un tiempo prolongado.

Los bebés menores de 6 meses deben ser controlados adecuadamente para detectar los síntomas asociados con la fiebre, como rigidez en el cuello, llanto continuo, dificultad para respirar y sarpullido en el cuerpo; ante la incidencia de cualquiera de estos signos, busque ayuda médica.

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