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Después de una comida, los alimentos se convierten en glucosa, una forma básica de azúcar utilizada por el cuerpo para producir energía. Para que las células puedan usar el azúcar, la insulina debe estar presente. En las personas con diabetes, el cuerpo no produce la insulina adecuada o no puede utilizar la insulina disponible de manera apropiada, lo que causa niveles altos de azúcar en la sangre. Para controlar esta condición, puede ser necesario administrar insulina a través de una inyección o una bomba. Tan vital como la insulina es; hay riesgos de una dosis demasiado alta de insulina. Si se presentan los síntomas y signos de una cantidad excesiva de insulina, es de vital importancia tratarlos inmediatamente.
¿Cuáles son los peligros de las altas dosis de insulina?
Coma
Cuando se administra insulina es importante analizar los niveles de glucosa en sangre asegurándose de que no se tomara demasiado o muy poco. Demasiada insulina puede reducir los niveles de glucosa en sangre alarmantemente bajos, lo que se llama hipoglucemia, alerta a la Academia Estadounidense de Médicos de Familia en su sitio web educativo FamilyDoctor.org. La hipoglucemia puede causar cansancio severo, ya que el cuerpo no tiene la energía que requiere.
Si la hipoglucemia no se atiende, puede provocar hechizos, pérdida del conocimiento e incluso coma peligroso. El consumo de medio vaso de soda no dietética o jugo de fruta puede hacer que los niveles de azúcar en la sangre vuelvan a subir rápidamente, dice FamilyDoctor.org. Pruebe nuevamente en 15 minutos y tome más jugo o refresco si el nivel de azúcar en la sangre todavía es bajo; luego vuelve a probar Repita este procedimiento hasta que los niveles vuelvan a la normalidad.
Frecuencia cardíaca rápida
Los medicamentos para la diabetes también pueden causar que se desarrolle una cantidad excesiva de insulina en el cuerpo. A menudo, esta condición puede ocurrir sin causa conocida. Los niveles de glucosa en sangre inferiores a 70 mg / dL necesitan tratamiento inmediato.
El sitio MedlinePlus sugiere estar atento a los signos y síntomas, como la inhalación de sudor frío y la aceleración del ritmo cardíaco. El cuerpo puede comenzar a temblar y pueden producirse sensaciones de inquietud.
Convulsiones
El ejercicio, las comidas, el estrés y otros factores pueden influir en los niveles de glucosa en sangre, por lo que las pruebas son esenciales para comprender cuánta insulina se necesita. Si se toman demasiados síntomas como confusión, dificultad para concentrarse, visión borrosa dolores de cabeza y falta de control del movimiento puede ocurrir.
En casos severos, el cuerpo puede incluso entrar en una convulsiones, advierte la Asociación Estadounidense de Diabetes. Comer un refrigerio con alto contenido de azúcar antes de que los síntomas se vuelvan severos es el mejor método para prevenir complicaciones. Los buenos dulces consisten en dos cucharadas de pasas o de cuatro a cinco galletas saladas. Estas son golosinas simples que se pueden llevar durante todo el día para que estén disponibles.
Entumecimiento y hormigueo
En algunos casos, demasiada insulina puede causar entumecimiento u hormigueo en la boca. Sin embargo, la detección sistemática es necesaria debido a la posibilidad de establecer una hipoglucemia desconocida, donde un diabético puede perder el conocimiento aunque no se presenten síntomas de glucosa en sangre baja.
Si un paciente se vuelve inconsciente se le requerirá inyectarse glucagón si está disponible. Si no se ofrece, el paciente debe ir a una clínica de emergencia al instante.