Cistitis intersticial: causas y síntomas del síndrome de vejiga dolorosa

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La cistitis intersticial (también conocida como síndrome de vejiga dolorosa ) es una afección crónica que afecta la vejiga urinaria. Las manifestaciones típicas de esta enfermedad incluyen presión vesical intensa, dolor y aumento de la frecuencia de la orina. El dolor puede variar de muy leve a severo; dependiendo de la propagación de la enfermedad. Los síntomas pueden variar de una persona a otra.

Es más común en mujeres que en hombres. La aparición de esta enfermedad aumenta con el envejecimiento de una persona. La cistitis intersticial no es causada por la infección de la vejiga con microorganismos.

¿Qué es la cistitis intersticial?

La inflamación crónica de la vejiga urinaria se conoce como cistitis intersticial. La función principal de la vejiga es almacenar la orina y regular el proceso de micción. La vejiga urinaria es un órgano muscular y recibe la orina del riñón a través de los uréteres. Tras la expansión completa, la vejiga urinaria estimula los nervios pélvicos, que envían señales al cerebro para el proceso de micción.

En esta condición de enfermedad, se produce una discrepancia en la transmisión de la señal al cerebro, lo que conduce a un patrón de micción irregular e infrecuente.

Causas de la cistitis intersticial:

Los estudios de investigación han demostrado la siguiente lista de causas de cistitis intersticial:

  • Daño al revestimiento protector o al epitelio de la vejiga.
  • Aumento de las células productoras de histamina (mastocitos) que provoca la liberación de ciertas sustancias químicas tóxicas en la vejiga.
  • La composición de la orina o el escape de la orina a la vejiga conduce a la entrada de sustancias tóxicas.
  • Aumento del número de estímulos al cerebro, debido a los efectos secundarios de los medicamentos hormonales y de otro tipo.
  • Una condición autoinmune, reconocimiento erróneo de las células del cuerpo como cuerpos extraños y atacarlas constantemente.

Síntomas de la cistitis intersticial:

Los síntomas de la cistitis y la infección de la orina son similares. Pero no hay ningún microorganismo involucrado en la cistitis.

Algunos de los síntomas de la cistitis intersticial incluyen:

  • Dolor en la pelvis
  • Dolor en la región entre la vagina y el ano en mujeres.
  • Dolor en el área entre el escroto y el ano en los hombres.
  • Dolor junto con un aumento de la presión en la vejiga.
  • Dolor durante las relaciones sexuales.
  • Urgencia al orinar
  • Micción muy frecuente (50-60 veces al día)
  • Alivio del dolor después de orinar.

Los síntomas de la cistitis empeoran en las mujeres durante la menstruación.

Factores de riesgo de la cistitis intersticial:

Algunos de los factores que aumentan el riesgo de desarrollar cistitis intersticial incluyen:

  • Antecedentes familiares de la enfermedad
  • Daño interno a la vejiga
  • Ser mujer
  • El proceso de envejecimiento
  • Trastornos de dolor crónico como fibromialgia (dolores articulares y rigidez)
  • Hábitos de estilo de vida que incluyen dieta desequilibrada y tabaquismo.

Complicaciones de la cistitis intersticial:

La cistitis intersticial también puede provocar las siguientes complicaciones:

  • Rigidez de la vejiga
  • Llagas o úlceras en el revestimiento de la vejiga.
  • Síndrome del intestino irritable
  • Endometriosis
  • Depresión o ansiedad
  • Aislamiento social (tanto en casa como en el trabajo)
  • Falta de sueño (debido al aumento de la frecuencia de la orina incluso por la noche)
  • Problemas de intimidad sexual

Las mujeres con cistitis intersticial pueden desarrollar otras complicaciones como cánceres, vulvodinia y síndrome de fatiga crónica.

Diagnóstico de cistitis intersticial:

El diagnóstico de cistitis intersticial incluye tanto el examen físico como las pruebas de laboratorio.

Examen físico:

Este examen incluye una anamnesis detallada del paciente.

Los detalles sobre la frecuencia de la micción, la urgencia de orinar durante la noche, la ubicación del dolor y las circunstancias que aumentan el dolor, son algunos de los detalles tomados con la historia detallada del paciente.

El historial médico anterior también es importante para comprender las enfermedades primarias subyacentes y los medicamentos que se utilizan.

Examen pelvico:

Esta prueba se realiza principalmente para verificar los músculos del piso pélvico. Cualquier espasmo en estos músculos del piso pélvico puede provocar cistitis intersticial.

Cistoscopia:

En este procedimiento, se pasa un cistoscopio que es un tubo delgado con una pequeña cámara a través de la uretra para buscar el revestimiento de la vejiga urinaria. Cualquier daño al revestimiento de la vejiga causará una carga en la vejiga, ya que las partículas tóxicas pueden ingresar a la vejiga y causar esta enfermedad.

Cistoscopia de hidro-distensión: en algunos casos, se puede inyectar un líquido en la vejiga para verificar su capacidad. La anestesia se usa para adormecer la vejiga y hacer que el paciente se sienta cómodo.

Biopsia:

Durante el procedimiento de la cistoscopia en sí, se extrae una pequeña cantidad de tejido de la vejiga para verificar si hay crecimiento anormal de células o cáncer de vejiga.

Examen y cultivo de orina:

El análisis de la orina es útil para descartar cualquier sustancia química tóxica en la orina, que puede ser responsable de la enfermedad.

Es fundamental diagnosticar otras enfermedades subyacentes como la infección de la orina y la disfunción intestinal, como las causas de los síntomas del dolor y el malestar de la vejiga.

Tratamiento de la cistitis intersticial:

El tratamiento tiene como objetivo disminuir el dolor y la urgencia o frecuencia urinaria.

Administración medica:

Se administran medicamentos como ibuprofeno y naproxeno sódico para aliviar el dolor. Además, los medicamentos como la amitriptilina ayudan a relajar la vejiga urinaria y a bloquear el dolor.

Los medicamentos antihistamínicos como loratidina, hidroxizina también se consideran para el tratamiento.

Fármacos como Elmiron protegen la pared de la vejiga y evitan que se dañe el revestimiento de la vejiga. Estos medicamentos también evitan la entrada de sustancias químicas de la orina a la pared de la vejiga.

Manejo quirúrgico:

La cirugía es una opción poco común para el tratamiento de la cistitis intersticial. Se considera para el tratamiento solo si todos los demás métodos de tratamiento no dieron ningún resultado exitoso.

Algunos de los procedimientos quirúrgicos incluyen:

Aumento de vejiga:

En este procedimiento, se aumenta el tamaño de la vejiga para aumentar su capacidad. Se hace una incisión a través del abdomen y se abre la parte superior de la vejiga. Esta abertura de la vejiga se cierra con un colgajo de piel que se extrae del estómago o del intestino del paciente.

Resección de la vejiga:

La resección es un procedimiento mínimamente invasivo. En este proceso, se pasa un instrumento a través de la uretra para cortar cualquier úlcera presente en esa área.

Derivación urinaria:

La derivación urinaria consiste en desviar el flujo urinario hacia un canal diferente, que es una bolsa externa creada quirúrgicamente. En algunos casos, se colocan catéteres urinarios en la vejiga para drenar la orina.

Cistectomía:

Este procedimiento implica la extracción de la vejiga por completo. Después de la extracción de la vejiga, la desviación del flujo de orina es vital para permitir el almacenamiento de la orina. La cistectomía es una opción de tratamiento muy poco común para pacientes con cistitis intersticial. Generalmente se realiza en casos de tumor o cáncer de vejiga.

Otros métodos de tratamiento:

Entrenamiento de la vejiga: El objetivo principal del entrenamiento de la vejiga es retener más orina antes de cada episodio de micción y también aliviar la frecuencia de la orina.

El paciente debe llevar un diario para llevar un registro de sus micciones frecuentes. El paciente también está capacitado para estirar su urgencia urinaria. Este método también incluye el mantenimiento de un tiempo de estiramiento entre dos períodos de micción.

El entrenamiento también incluye la distracción del paciente de la primera necesidad de orinar.

Modificaciones en el estilo de vida: estos cambios incluyen un cambio en el patrón dietético, mantenimiento de suficiente hidratación y evitar fumar.

Fisioterapia: La fisioterapia también juega un papel en el tratamiento, al entrenar al paciente con técnicas de relajación, para relajar los músculos pélvicos y de la vejiga.

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