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¿Qué es la sepsis?
La sepsis (también conocida como envenenamiento de la sangre) es una afección potencialmente mortal que se produce debido a la respuesta tóxica del cuerpo a una infección. Ocurre cuando las sustancias químicas liberadas en el torrente sanguíneo generan respuestas inflamatorias en todo el cuerpo. Esta respuesta inflamatoria causa daño a los tejidos sanos del cuerpo, lo que puede provocar daños en los órganos.
La mayoría de los casos de sepsis se deben a una infección bacteriana.
A veces, los casos graves de sepsis progresan a un shock séptico y gradualmente conducen a una caída en los niveles de presión arterial. La probabilidad de sepsis es mayor en adultos mayores y personas con sistemas inmunológicos debilitados.
¿Cuáles son las causas de la sepsis?
La sepsis ocurre debido a una infección en el cuerpo. La infección puede localizarse en una parte específica del cuerpo o puede debilitar el sistema inmunológico al propagarse por todo el cuerpo. Los sitios comunes de infecciones son el tracto urinario, el abdomen, la pelvis y los pulmones. La sepsis es causada por microbios, como bacterias, virus y hongos. La neumonía, la celulitis, la apendicitis y la meningitis pueden causar sepsis. Además, la sepsis puede resultar de infecciones posquirúrgicas.
Los microbios que a menudo causan infecciones, que luego se convierten en sepsis, son Escherichia coli, Staphylococcus aureus y ciertas cepas de Streptococcus. Las especies comunes de hongos que causan sepsis pertenecen a las especies de Candida. Las toxinas o un gran número de géneros bacterianos se propagan directa o indirectamente al torrente sanguíneo y causan sepsis.
Los síntomas de la sepsis:
Los signos y síntomas de la sepsis incluyen:
- Fiebre alta
- Aumento de los latidos del corazón (más de 90 por minuto)
- Temblando
- Dificultad para respirar
- Dolor abdominal
- Convulsiones
- Sudoración inusual
- Disminución del recuento de plaquetas.
- Decoloración de la piel
- Mareo
- Dificultad para hablar
- Disminución de la producción de orina.
- Pérdida de consciencia
Factores de riesgo de sepsis:
Los siguientes son los factores de riesgo que aumentan el riesgo de sepsis en cualquier individuo:
- Edad: los niños pequeños y los adultos mayores tienen un mayor riesgo de desarrollar sepsis.
- Inmunidad debilitada: las personas con inmunidad débil, especialmente las personas que tienen VIH y que se someten a un tratamiento de quimioterapia para el cáncer, son más propensas a la sepsis.
- Dispositivos invasivos: las personas que están expuestas a dispositivos invasivos, como tubos de respiración o catéteres intravenosos, corren el riesgo de desarrollar sepsis.
- Lesión: las personas con heridas o lesiones corren un mayor riesgo de desarrollar la afección.
- Enfermedad crónica: las personas con afecciones médicas crónicas, como cáncer, diabetes, enfermedades pulmonares, hepáticas y renales, son propensas al riesgo de sepsis.
- Cirugía reciente: las personas que se sometieron a una cirugía reciente y se están recuperando en la unidad de cuidados intensivos de un hospital son propensas al riesgo de sepsis.
- Medicamentos: personas que usan medicamentos que inhiben el sistema inmunológico y medicamentos que se usan para frenar el rechazo de órganos trasplantados.
- Gangrena: las personas que padecen gangrena (muerte del tejido) tienen un mayor riesgo de desarrollar sepsis.
Complicaciones de la sepsis:
La sepsis puede disminuir gradualmente el flujo sanguíneo a los órganos principales del cuerpo, como el corazón, el cerebro y los riñones. La sepsis grave puede provocar complicaciones, como:
- Síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA): la sepsis puede impedir el flujo de oxígeno a los pulmones y la sangre, lo que puede aumentar el riesgo de daño pulmonar permanente.
- Choque séptico: la sepsis puede reducir drásticamente los niveles de presión arterial en el cuerpo. Las toxinas liberadas por las bacterias pueden disminuir el flujo sanguíneo y pueden causar daño a órganos o tejidos.
- Insuficiencia orgánica : en casos graves, la sepsis puede provocar disfunción de múltiples órganos, especialmente pulmones, riñones e insuficiencia hepática.
Diagnóstico de sepsis:
Para diagnosticar la sepsis, el médico evaluará inicialmente los síntomas y revisará el historial médico. Algunos de los síntomas, como fiebre, presión arterial baja y dificultad para respirar, pueden ocurrir debido a otras afecciones, lo que dificulta el diagnóstico de la sepsis en sus primeras etapas. El médico recomendará las siguientes pruebas para confirmar el diagnóstico de sepsis:
Análisis de sangre: se recolecta y analiza una muestra de sangre para identificar evidencia de infección, desequilibrios electrolíticos, niveles elevados de ciertas enzimas y problemas de coagulación. Además, se evalúan los niveles de proteína C reactiva para identificar los signos de inflamación.
Análisis de orina: se toma una muestra de orina del paciente y se examina en busca de signos de infección del tracto urinario. Además, el médico puede recomendar una prueba de cultivo de orina para identificar el organismo causante.
Prueba de procalcitonina (PCT): es una prueba de confirmación de pancreatitis. Un aumento en los niveles de procalcitonina en la sangre indica la presencia de una infección bacteriana.
Pruebas por imágenes: el médico puede recomendar una de las siguientes pruebas para confirmar la causa subyacente de la afección:
- Radiografía: una radiografía de tórax ayudará a visualizar los problemas en los pulmones.
- Ultrasonido: se realiza una ecografía para verificar si hay infecciones en la vesícula biliar y los ovarios.
- Tomografía computarizada (TC): la tomografía computarizada se realiza para producir imágenes transversales de los órganos internos, como el apéndice y el páncreas.
- Imágenes por resonancia magnética (IRM): la resonancia magnética utiliza fuertes campos magnéticos y ondas de radio para obtener imágenes transversales de los tejidos blandos.
Tratamiento de la sepsis:
El tratamiento de la sepsis depende del sitio de la infección, la causa subyacente de la afección y la intensidad del daño causado al órgano. Las opciones de tratamiento incluyen:
Medicamentos: en la mayoría de los casos de sepsis, los pacientes deben ser hospitalizados y recibir antibióticos intravenosos de amplio espectro. Si la presión arterial del paciente permanece demasiado baja después de recibir los líquidos intravenosos, el médico le recetará medicamentos vasopresores para constreñir los vasos sanguíneos.
Otras intervenciones terapéuticas: además de los antibióticos, el médico recomendará ventilación mecánica para apoyar la función pulmonar. Además, el médico recomendaría la diálisis renal, si los riñones no pueden filtrar los desechos de manera eficiente.
Cirugía: el médico recomendaría una cirugía para eliminar la acumulación de células de pus (abscesos).